En mi proceso creativo no hay un plan rígido ni un resultado predefinido. Pinto desde lo que siento en el momento: una emoción, una memoria, un silencio. Cada color y cada textura se convierten en un reflejo de ese instante.
La naturaleza de Tenerife, su luz cambiante y la energía del océano son mis grandes musas. Pero también lo son las experiencias internas que me invitan a transformar lo invisible en visible.
Pintar es mi forma de conectar con el mundo y de compartir lo que las palabras no alcanzan a expresar.

